El trastorno negativista desafiante está dentro de los denominados «trastornos por conductas perturbadoras» junto con el TDAH y el trastorno disocial.
Todos estos trastornos presentan cierto solapamiento de conductas, problema que puede llegar a crear cierta confusión a la hora de presentar un diagnostico.

El trastorno negativista desafiante o TND se caracteriza por un patrón recurrente de comportamiento negativista, desobediente, hostil y desafiante, dirigido fundamentalmente a las figuras de autoridad.
Estas conductas tienen que persistir durante al menos 6 meses, estando presentes como mínimo cuatro de las siguientes:
- Se encoleriza y tiene pataletas, discute y desafía a los adultos o rehusa cumplir sus demandas, molesta deliberadamente a otras personas, acusa a otros de sus errores o de su comportamiento, es susceptible, es colérico y resentido, rencoroso o negativo.
- El trastorno provoca un deterioro significativo de la actividad social, académica o laboral, pero el sujeto no realiza importantes violaciones de las reglas sociales o de los derechos de los demás. Se manifiesta casi invariablemente en el ambiente familiar, pudiendo no aparecer en otros contextos, aunque tiende a generalizarse. Habitualmente, estos pacientes, muestran una baja tolerancia a la frustración y rápidamente pierden el control.
- El trastorno suele aparecer antes de los ocho años de edad y no más tarde del inicio de la adolescencia. Tiende a ser gradual y suele manifestarse a lo largo de meses o años. Se cree que es un trastorno de etiología multicausal, dónde la educación de los padres y los factores estresantes (rupturas, discusiones) juegan un papel muy importante. El TND es más común en los niños que en las niñas.
- Los tratamientos a utilizar son, básicamente, la terapia individual de enfoque cognitivo-conductual y la terapia familiar para la introducción de cambios en la familia.
Estos son los detalles más importantes de un trastorno que no siempre se evalúa y diagnostica como es debido.