
La Terapia de aversión o terapia aversiva es un tipo de terapia conductual que tiene como objetivo reducir o eliminar un comportamiento indeseable.
Esto se puede lograr asociando el comportamiento indeseable con estímulos desagradables (condicionamiento clásico).
La terapia de aversión se basa en la teoría del aprendizaje que establece que todos los comportamientos se aprenden y si queremos cambiar un comportamiento indeseable, podemos cambiarlo mediante el acondicionamiento apropiado.
Por ejemplo, una persona comió algo y se sintió mal después. Si esto sucedió 2 o 3 veces, es probable que evite este tipo de alimentos ya que no quiere enfermarse nuevamente.
Aquí hay otro ejemplo: si una persona quiere dejar de fumar. Su terapeuta puede emparejar el tabaquismo con algunos estímulos aversivos como olores desagradables, vómitos, etc.
La terapia de aversión se puede utilizar para tratar una serie de comportamientos indeseables.
Algunos ejemplos son el abuso de alcohol, el juego, la violencia, la obsesión y compulsiones variables, etc.
Antes de utilizar esta técnica con cualquier cliente, el cliente y el terapeuta suelen firmar un contrato de comportamiento, detallando el tratamiento, los objetivos, los resultados y las expectativas de la terapia.
Después de psico educar al paciente, es importante desarrollar la motivación para el cambio, ya que es un requisito previo de cualquier terapia. Si el paciente no está motivado o no tiene conocimiento sobre la enfermedad o el comportamiento indeseable, es probable que la terapia no tenga éxito.
Hay dos tipos principales de terapia de aversión.
- Sensibilización manifiesta
- Sensibilización encubierta
Sensibilización manifiesta
La sensibilización manifiesta es un tipo de terapia de aversión que vincula un estímulo desagradable, como las náuseas, con un comportamiento indeseable.
Por ejemplo, si alguien quiere dejar de fumar, se le puede pedir que mantenga el humo en la boca durante 6-7 segundos por cada bocanada y que lo haga rápidamente.
El fumar rápido producirá una sensación nauseabunda, que es una sensación desagradable para el fumador. Gradualmente, el deseo de fumar del individuo disminuirá.
A veces, se utilizan fármacos para inducir estímulos desagradables como náuseas intensas, palpitaciones y dolor de cabeza.
Sensibilización encubierta
Esta técnica requiere que el individuo tenga la motivación para cambiar. En lugar de depender de factores externos, como las drogas, para producir los estímulos desagradables, el individuo tiene que producir los estímulos él mismo. El individuo aprende a imaginar y crear la sensación nauseabunda. Puede practicar esto siempre que sea necesario.
El logro a largo plazo de la terapia de aversión es cuestionable ya que depende de muchos factores, es decir, es posible que el cliente no siga las instrucciones después de la terapia.
Por ejemplo, el cliente puede optar por unirse a sus amigos y volver a consumir drogas. También depende de la capacidad de la persona para diferenciar entre la situación de condicionamiento aversivo y todas las demás situaciones.
Por ejemplo, un drogadicto sabe que no tendrá náuseas cuando consuma drogas fuera del consultorio del terapeuta. Además, existen cuestiones éticas con respecto a la práctica de la terapia de aversión. Por ejemplo, el uso de descargas eléctricas no es ético ya que produce dolor físico.