
Cuando un individuo está profundamente preocupado por su imagen corporal, mostrada a través de una preocupación excesiva y preocupación por un defecto que tiene en su apariencia física, es probable que tenga un trastorno dismórfico corporal.
Es una de las preocupaciones de la psicología de la salud ya que también se asocia con otras condiciones psicológicas como ansiedad, depresión, así como aislamiento social y retraimiento.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales V clasifica el trastorno dismórfico corporal en el espectro obsesivo-compulsivo. La razón detrás de esta clasificación es que el individuo exhibe comportamientos repetitivos y tiene acciones mentales que responden a sus defectos percibidos en su apariencia física.
Síntomas del trastorno dismórfico corporal
Desde un punto de vista psicológico saludable, es probable que una persona que padece un trastorno dismórfico corporal (TDC) muestre los siguientes signos y síntomas:
- Deseando poder alterar o mejorar aspectos de su físico, incluso si son de atractivo normal o alto.
- Creer que su apariencia es innegablemente horrible, lo que, como resultado, hace que se mantengan alejados de los demás por temor a ser ridiculizados y humillados cuando se trata de cómo se ven.
- En casos extremos, tienden a evitar crónicamente todas las formas de relaciones íntimas.
- Volverse reservado y con renuencia a pedir ayuda, debido a la sensación de que hacerlo los obligará a afrontar sus inseguridades.
- Sentirse avergonzado y reacio a admitir que puede estar sufriendo un trastorno.
- Pensando que su único objetivo es arreglar la ‘deformidad’ que creen tener. Cualquier trastorno es causado por dicha ‘deformidad’.
- Confesar que preferirían soportar los síntomas del trastorno en lugar de creer que no tienen ninguna deformidad.
Causas del trastorno dismórfico corporal
¿Qué causa esta condición? Estas son algunas de las posibles razones por las que la psicología saludable está analizando:
- Puede coexistir con el trastorno obsesivo-compulsivo.
- La neuropsicología sostiene que existe un vínculo débil entre los centros emocionales y racionales del cerebro: el amígdala y la corteza orbitofrontal, en la que esta última también es responsable de la regulación de las emociones.
- También existe el modelo cognitivo-conductual, en el que la personalidad inherente de una persona, combinada con la experiencia negativa de la infancia, puede hacer que desarrolle dicho trastorno. Un ejemplo de ello es que un niño cohibido o introvertido podría haber sufrido un fuerte acoso y abuso verbal. Sin embargo, es importante tener en cuenta que todos los niños que fueron acosados terminan desarrollando el trastorno.
Tratamientos para el trastorno dismórfico corporal
De los métodos de tratamiento disponibles que se han probado para el TDC, se encontró que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es la más eficaz.
- Este enfoque aborda directamente los sentimientos, emociones, comportamientos, procesos de pensamiento e inquietudes disfuncionales a través de procedimientos sistemáticos y orientados a objetivos.
- Esta forma de tratamiento se centra en el problema (se está abordando un problema específico) y se centra en la acción (se ayuda al paciente en lo que respecta a las acciones que debe realizar para abordar dicho problema)
- Una revisión de este tratamiento muestra que el 81% de los 83 participantes que sufren de TDC y recibieron TCC ya no cumplían con los criterios de diagnóstico posteriores al tratamiento. Esto significa que después de someterse a TCC durante 12 semanas, ya no presentaban los síntomas del trastorno.
- Se realizó otro estudio que encontró que cuando el tratamiento se extendía hasta 16 semanas, era más efectivo en comparación con la medicación.
- Para apoyar aún más la TCC, los neurocientíficos también encontraron que este método de tratamiento aborda el vínculo débil entre la amígdala y la corteza orbitofrontal, que es una de las principales causas de este trastorno.