
Para la mayoría de nosotros, la sensación y la percepción parecen ser un solo evento. Sin embargo, la sensación y la percepción son en realidad dos eventos individuales.
Cuando se estimulan nuestros órganos de los sentidos, las entradas sensoriales se envían a nuestro sistema nervioso central y nuestro cerebro organiza, identifica e interpreta la información para formar una representación mental.
Por ejemplo, cuando lee un libro, las palabras en una página son en realidad líneas y curvas para sus ojos. Hasta que la información llegue a su cerebro, estas «palabras» son patrones sin sentido. Una vez que la información se registra en su cerebro, se procesa y las palabras se convierten en palabras significativas.
Percepción de la forma
Para reconocer un objeto, en primer lugar, necesitamos poder diferenciar el objeto de su entorno. Esto se conoce como relación figura-fondo. El objeto es la figura y el entorno es el suelo. Luego, debemos ser capaces de agrupar los estímulos de formas que tengan sentido para nosotros.
Para hacer esto, seguimos un conjunto de reglas conocidas como leyes de organización de la Gestalt.
Aquí hay unos ejemplos:
- Proximidad: agrupamos los objetos cercanos.
- Similitud: agrupamos objetos similares.
- Continuidad: nos gustan los patrones continuos en lugar de los discontinuos.
- Conectividad: cuando las cosas están conectadas, tendemos a percibirlas como una sola unidad.
- Cierre: llenamos los espacios para formar un patrón completo.
- Destino común: los elementos de una imagen que se mueven juntos se perciben como partes de un solo objeto en movimiento.
- Sencillez: cuando hay más de una interpretación posible de la apariencia de un objeto, tendemos a seleccionar la interpretación más simple.
Percepción de profundidad
La percepción de profundidad nos permite «traducir» imágenes bidimensionales en imágenes tridimensionales. Los estudios demuestran que esta es una habilidad innata, es decir, nacemos con esta habilidad. Aquí hay un video interesante del estudio visual del acantilado:
Entonces, ¿cómo percibimos la profundidad? Percibimos la profundidad con la ayuda de señales de profundidad. Hay 2 tipos de señales de profundidad:
Señales binoculares
Las señales binoculares dependen del uso de ambos ojos. Lo crea o no, cada uno de nuestros dos ojos ve las cosas de manera ligeramente diferente.
Cuando miramos un objeto, debido a la diferente posición de nuestros ojos, la retina de cada ojo recibe una imagen ligeramente diferente del objeto. La diferencia se conoce como disparidad retiniana. Cuando nuestro cerebro recibe estas dos imágenes diferentes del objeto, las compara y calcula la distancia del objeto.
Cuanto mayor sea la disparidad retiniana entre las dos imágenes, más cerca estará el objeto.
Señales monoculares
Las señales monoculares están disponibles para cada ojo por separado. Aquí hay algunos ejemplos de señales monoculares:
- Tamaño relativo: si dos objetos son de tamaño similar, la mayoría de las personas perciben la imagen más pequeña como más lejana.
- Interposición: si un objeto está parcialmente bloqueado por otro, percibimos que el objeto bloqueado está más lejos que el objeto bloqueante.
- Perspectiva lineal: las líneas paralelas parecen converger con la distancia. Por lo tanto, cuanto más convergen dos líneas, más lejanas parecen.
Percepción de movimiento
Para percibir el movimiento, necesitamos información tanto sobre el espacio como sobre el tiempo. Cuando un objeto se mueve frente a nuestros ojos, se estimulan diferentes ubicaciones de nuestra retina. Nuestro cerebro detecta el cambio de posición a lo largo del tiempo y calcula la velocidad y la dirección de movimiento del objeto. Si nosotros, como observadores de un objeto, nos estamos moviendo, nuestro cerebro tiene que tener en cuenta los movimientos de nuestros ojos y cabeza y luego calcula el movimiento real del objeto.