En otro golpe a los partidarios del pensamiento positivo, los científicos han encontrado que el mal humor puede mejorar la memoria de las personas y hacerlos menos dependientes de los estereotipos.
Los diversos experimentos llevados a cabo por los investigadores, encontraron que la gente de mal humor eran menos propensa a creer los mitos urbanos o rumores, y también fueron menos propensas a tomar decisiones basadas en prejuicios raciales o religiosos. Ellos fueron mejores en el recuerdo de los acontecimientos que habían visto, y mejor en la escritura persuasiva.
El autor del estudio Joseph Forgas escribió que «un estado de ánimo ligeramente negativo puede promover un razonamiento más concreto y un estilo de comunicación más exitoso.» Él agregó, «el estado de ánimo positivo no es universalmente deseable: la gente en estados de ánimo negativos son menos propensos a errores de juicio, son más resistentes a las distorsiones de testigos y son mejores en la producción de alta calidad, en mensajes persuasivos eficaces.»
Así que a pesar de la creencia convencional de que pensar en positivo nos ayudará a resolver todos nuestros problemas, parece que sentirse malhumorado en realidad puede ser productivo (tal vez hay un uso para el mal humor después de todo). Los sentimientos negativos mejoraron las destrezas de los sujetos con un pensamiento más crítico.
Tal vez el mal humor, en lugar de ser una reliquia de otros menos evolucionados estados mentales, es en realidad una manera de adaptación, de afilar nuestras facultades cognitivas cuando más las necesitamos.
Forga también comenta «nuestra investigación sugiere que la tristeza promueve estrategias de procesamiento de información más adecuados para hacer frente a situaciones más exigentes.»
Por supuesto, la investigación plantea interrogantes. ¿Fueron los estados de ánimo buenos o malos inducidos por los científicos muy similares a los que los sujetos experimentarían por su cuenta?
En relación a la tristeza sabemos que la depresión clínica puede realmente reducir la capacidad cognitiva, y parece posible que una cierta intensidad o duración de sentimientos negativos pueden alterar el juicio en vez de potenciarlo.
Sin embargo, es interesante y de una manera reconfortante saber que nuestro mal humor, no tanto nuestra tristeza, puede hacer algo por nosotros -quizás en lugar de luchar contra ellos, debemos aprender a usarlos.