
La esquizofrenia es un trastorno crónico del cerebro que altera en gran medida las facultades cognitivas de un individuo.
Como tal, la forma en que un individuo piensa, actúa y percibe el mundo y las personas que lo rodean se caracteriza por una pérdida crítica de contacto con la realidad.
Aparte de sus efectos sobre la cognición de un individuo, el trastorno también afecta el comportamiento y las emociones de las personas que lo padecen.
La esquizofrenia paranoide es el subtipo más común de esquizofrenia en todas las culturas, que se distingue de otros subtipos de esquizofrenia por la manifestación del paciente de delirios paranoides de persecución, alucinaciones auditivas y alteraciones de la percepción.
La incidencia de la esquizofrenia no es rara, y 1 de cada 100 personas tiene el riesgo de desarrollar cualquiera de los diferentes subtipos que incluyen la esquizofrenia desorganizada y la esquizofrenia catatónica.
Causas de la esquizofrenia paranoide
Las diferentes formas de esquizofrenia, incluida la esquizofrenia paranoide, son causadas por disfunciones genéticas y cerebrales, y se ven agravadas por factores ambientales.
Los genes heredados predisponen a un individuo a desarrollar esquizofrenia, mientras que los factores ambientales, como el abuso infantil y la pérdida temprana de los padres, actúan sobre esta predisposición y desencadenan el desarrollo de la enfermedad.
Algunos factores que multiplican los riesgos de desarrollar este trastorno incluyen antecedentes familiares de esquizofrenia, nutrición prenatal y exposición a virus, estrés crónico y uso de psicofármacos en la adolescencia.
Sin embargo, vale la pena señalar que no todas las personas predispuestas a la esquizofrenia desarrollan la enfermedad.
Síntomas de la esquizofrenia paranoide
Los síntomas de la esquizofrenia paranoide generalmente surgen durante la adolescencia hasta mediados de los 30 de un individuo.
En casos raros, los niños pequeños y los adolescentes pueden manifestar síntomas, que son indicativos de formas más graves del trastorno.
Los esquizofrénicos masculinos tienden a sufrir formas más graves del trastorno que las esquizofrénicas femeninas.
Para la mayoría de los pacientes, el desarrollo del trastorno ocurre gradualmente, con signos sutiles de deterioro en el funcionamiento que aparecen mucho antes del episodio grave inicial.
Los primeros signos de advertencia incluyen desmotivación, falta de emoción, indiferencia hacia el mundo, alejamiento de las interacciones sociales, descuido de la higiene y la apariencia, verbalizaciones peculiares, comportamiento extraño y deterioro del rendimiento en la escuela o en el trabajo.
Los esquizofrénicos paranoicos se vuelven cada vez más difíciles de interactuar, son hostiles y desconfiados y reaccionan excesivamente a las críticas.
La característica distintiva de este subtipo es la prevalencia de ideas y creencias sospechosas e irracionales que giran constantemente en torno a un tema en particular, como la persecución o la grandeza.
Los síntomas pueden variar considerablemente de un individuo a otro y para el mismo individuo a lo largo del tiempo.
Las complicaciones asociadas con este trastorno incluyen interrupciones en las rutinas normales, depresión, comportamiento autodestructivo y suicida, abuso de sustancias y sus problemas de salud asociados, problemas de relación, además de problemas de salud relacionados con el uso de medicamentos antipsicóticos.
Otras afecciones que también puede sufrir un paciente esquizofrénico incluyen trastornos de ansiedad y trastornos depresivos mayores.
El corolario de estas complicaciones es la disminución de la esperanza de vida de los esquizofrénicos paranoides, con un promedio de 12 a 15 años menos que las personas que no padecen esta enfermedad.
Diagnóstico de la esquizofrenia paranoide
Un examen físico que mide los signos vitales, el recuento sanguíneo, la función tiroidea y la detección de drogas y alcohol, es el primer paso a emprender en el diagnóstico de la esquizofrenia paranoide.
También se pueden realizar una serie de pruebas, que incluyen exploraciones por imágenes para identificar lesiones cerebrales o anomalías en la estructura del cerebro, un electroencefalograma (EEG) para evaluar las funciones cerebrales y, lo más importante, una evaluación psicológica.
Se hace un diagnóstico de esquizofrenia paranoide cuando un paciente cumple con los siguientes criterios descritos en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales para este subtipo en particular, reconociendo que también se han cumplido los criterios para el trastorno general.
- Preocupación por uno o más delirios o alucinaciones auditivas frecuentes
- Ninguno de los siguientes es prominente: habla desorganizada, comportamiento desorganizado o catatónico, o afecto plano o inapropiado
Tratamiento de la esquizofrenia paranoide
Buscar tratamiento puede ser bastante difícil ya que es muy probable que el esquizofrénico paranoico no reconozca la necesidad de recibirlo.
Sin embargo, sin tratamiento, el pronóstico de la esquizofrenia paranoide es bastante desalentador. Por lo general, se requiere tratamiento de por vida, aunque el paciente demuestre una reducción de los síntomas.
Aunque es un trastorno crónico, existe una variedad de opciones de tratamiento disponibles, y la más adecuada depende de la gravedad de los síntomas del paciente.
Por lo general, se requiere la orientación de un psiquiatra capacitado para obtener resultados óptimos.
Dado que este trastorno tiende a afectar muchos aspectos de la vida del paciente, otros proveedores de intervenciones de atención médica, como un psicoterapeuta, un trabajador social, una enfermera psiquiátrica, un médico y los miembros de la familia, pueden trabajar en equipo para garantizar que se cubran todas las áreas.
El tratamiento suele implicar el uso de medicación antipsicótica y antidepresiva, hospitalización, psicoterapia individual, terapia familiar y, en algunos casos, formación profesional y social y el uso de terapia electroconvulsiva.
El pronóstico para la recuperación de los esquizofrénicos paranoides es más brillante que para otros subtipos. Sin embargo, se informa que los resultados son mucho mejores cuando la esquizofrenia se identifica temprano y se trata sin demora.
Con una sólida red de apoyo y un tratamiento adecuado, las personas que padecen esquizofrenia paranoide tienen buenas posibilidades de vivir una vida funcionalmente independiente, satisfactoria y productiva.