Este polémico estudio, conducido por el psicólogo estadounidense Wendell Johnson, se realizó a 22 niños huérfanos con problemas del habla.
Divididos en dos grupos, en uno de ellos una terapeuta del lenguaje llevó a cabo un refuerzo positivo, alabando el progreso de los niños y su mejora en la fluidez del habla, mientras que en el segundo grupo se criticó abiertamente a los niños, al más mínimo error que éstos hubiesen cometido.
El estudio se hizo famoso porque creó tales secuelas a los niños que habían recibido esas respuestas tan negativas (algunos incluso desarrollaron nuevos problemas del habla) que en el año 2007 seis de ellos recibieron una elevada indemnización (casi un millón de dólares) por los fuertes daños emocionales causados durante aquellos seis meses de estudio.
La Universidad de Iowa pidió disculpas públicamente en 2001 por el llamado «Monster Study»