
Según los CDC o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el 33% de los adultos estadounidenses tienen sobrepeso. En el caso de los niños, 1 de cada 6 padece obesidad.
El aumento de peso puede deberse a muchos factores: una dieta poco saludable, un estilo de vida sedentario o la aparición repentina de una lesión que impide que la persona esté activa.
En teoría, perder peso es fácil. Al comer de manera saludable y hacer ejercicio con regularidad, el número en la escala debería disminuir.
Sin embargo, también existe el aspecto psicológico de perder peso: cómo manejar y comprender los pensamientos y comportamientos que posiblemente podrían interferir con los objetivos de pérdida de peso.
La consulta psicológica y el control de peso
Para ayudar a las personas que desean perder peso, los psicólogos trabajan con ellos y sus familias para crear el mejor entorno para perder peso.
Los psicólogos reconocen que el aumento de peso no es solo un efecto de los malos hábitos alimenticios, sino que también puede ser la causa de otras afecciones y enfermedades preexistentes como:
- Diabetes
- Cardiopatía
- Depresión
- Ansiedad
- Trastornos de la alimentación
Durante una visita al psicólogo, generalmente se comenta lo siguiente:
El historial médico del paciente y sus preocupaciones actuales.
- Incluye objetivos de control de peso
- Esfuerzos previos para bajar de peso
- Niveles de estrés e historial médico
- Situación de la vida actual
- Fuentes de apoyo social como amigos y familiares.
La actitud y los hábitos alimentarios del paciente, la idea de la comida, el concepto de pérdida de peso y la imagen corporal.
- El psicólogo buscará patrones o áreas de preocupación que puedan contradecir los objetivos de pérdida de peso del paciente.
- El psicólogo también toma nota y recuerda al paciente las posibles prácticas y creencias que están manteniendo, si no provocando el problema como:
- Tener que limpiar el plato independientemente de la cantidad de comida.
- La necesidad de terminar la comida con un postre o comenzar una con un aperitivo.
- Atracones después de una sesión de entrenamiento
- Afrontar el estrés y las emociones a través de la comida
Una sesión con un psicólogo generalmente dará una imagen del paciente y sus necesidades, y podrá elaborar un plan que funcionará mejor dada la situación y el apoyo disponible para el paciente.
Pérdida de peso – cambiando desde adentro
El control de peso con la ayuda de un psicólogo funciona mejor si se combina con opciones saludables. Con una mentalidad positiva, sería más fácil para el individuo desarrollar y mantener los siguientes hábitos:
Control de pensamientos y comportamientos
- La investigación ha demostrado que las personas que anotan sus pensamientos, sentimientos y los alimentos que comen han tenido más éxito a la hora de perder peso.
- Al hacer esto, las personas pueden observar más de cerca los posibles desencadenantes que podrían hacer que coman más. Además, saber que las comidas se están rastreando también ayuda a las personas a tomar decisiones más inteligentes.
Seguimiento del nivel de actividad
- Además de registrar la cantidad de minutos de ejercicio, enumerar cuánto se mueve uno durante el día es otra táctica para motivarse a sí mismo a seguir moviéndose, en lugar de estar inactivo. Un podómetro también puede ayudar a rastrear la cantidad de pasos que se dan en un día.
Practica comer conscientemente
- No es saludable comer mientras se hace otra cosa, ya sea mirando la televisión o mientras trabaja. La razón es que las personas tienden a perder de vista cuánto han comido y, al final, no disfrutan de su comida, lo que los lleva a desear más o algo más.