- Este tipo de personas se perdonan a sí mismos ya que saben que no tiene ningún sentido cargar eternamente con las culpas de sus propios actos.
- Están abiertos a recibir ayuda, ya sea psicológica o médica si es necesario.
- No etiquetan emociones como buenas o malas, intentando así no terminar siendo controlados y devorados por sus propias emociones.
- Piden perdón. Poder pedir perdón de manera genuina y natural es un gran indicativo de que estamos ante una persona mentalmente fuerte, que conoce perfectamente sus limitaciones y sus defectos.
- Manejan las críticas, las respetan y están abiertos a recibir feedback si es necesario.
- Saben manejar de manera adecuada su agresividad, no mostrando de manera frecuente comportamientos agresivos o gritos desproporcionados que desvirtuen su comportamiento.
- Son introspectivos, conociendo casi a la perfección los estados mentales que manejan en su vida diaria.
- Siguen sus instintos, confiando en lo que les va a deparar esa elección.
- Pueden discutir de una manera educada y racional sin tener que acudir a gritos y descalificaciones inadecuadas.
- No son personas dependientes, que necesiten de una relación solamente por el hecho de no estar solos.